El artículo de hoy es extenso. Escribirlo ha sido un ejercicio de pensar en alto… o más bien de escribirlo en este caso.
Una reflexión que quería hacer hace tiempo.
Porque creo que quitarse miedos e inseguridades forma parte de ese proceso de aprendizaje que todos realizamos cuando queremos aprender algo.
Es esa parte que pocas veces se ve en un temario y sin embargo, siempre está ahí. Para algunos más latente que para otros.
Lo veo en clase, cuando trato con mis alumnos. Pero creo que es algo que se da en cualquier materia que quieras aprender.
Sé que muchos no llegaréis al final del artículo y tampoco será de los más leídos. Pero si en estos momentos te encuentras en un bloqueo similar y te ayuda, me alegraré muchísimo.
Vamos allá.
Índice
El proceso de un aprendizaje
Aprender a patinar
El patinaje siempre me ha chiflado.
De pequeña me llamaba la atención muchísimo y aunque tuve unos patines de esos que traían unas hebillas para atarlos en los zapatos, lo cierto es que apenas los usé. No fue como con los ordenadores con los cuales desde que aparecieron en mi vida, no los he apartado en ningún momento.
Hace casi 4 años recordé lo que me gustaba el patinaje y decidí que quería aprender a patinar. Al menos lo suficiente como para aprender a caer sin romperme nada. Me apetecía mucho probar y estaba dispuesta a darme los tortazos que hicieran falta.
Mi acercamiento al tema había sido prácticamente nulo y me daba un respeto importante. No había tenido más patines que aquellos de hebillas y por supuesto ahora eso ya ni existía. Ahora todo se basaba en los patines en línea y francamente, no me parecía muy fácil que se diga mantenerse de pie encima de aquello.
No tenía ni idea de qué patines tenía que coger, ni qué número era el adecuado para mi pie, ni qué ruedas debían llevar o su dureza… Por supuesto tampoco tenía ni idea de protecciones. Vamos es que por saber, no sabía ni cómo atarme los patines o cómo levantarme del suelo con ellos puestos. Ahí queda patente mi nivel.
Miedos tenía todos. Desde el «qué vergüenza que la gente me mire cuando me vaya al suelo«, pasando por el «a ver qué hago yo si me rompo algo» o el «¿Y yo qué se que tengo que comprar?«. Tras algún tortazo que otro también cogí el típico miedo a la velocidad, el de no reaccionar a tiempo cuando algo se pone en tu camino de repente, … Y así podría seguir un buen rato.
Pero quería aprender a patinar sin miedo y otra cosa no, pero decidida soy un rato. Así que le pedí a una amiga que me aconsejase en la compra de mis primeros patines y ella incluso, me recomendó su escuela.
Desde entonces hasta ahora, mucho ha llovido. Y horas… no sé a cuántas clases habré ido, ni cuántas horas habré pasado patinando, pero han sido muchas. Muchísimas. Aprendiendo y practicando.
Tantas que unos meses después, había cambiado de patines, también de protecciones, jugaba a hockey en línea y hacía mi primera y última maratón.
Y por si te lo preguntas… Sí, me pegué unos cuantos tortazos de los que duelen e incluso me fracturé la muñeca en una ocasión.
¿Existe alguna razón para que me sueltes todo este rollo Mónica?
Pues sí, lo has adivinado xD
Estoy segura que si te paras a pensarlo, tu proceso de aprendizaje para cualquier cosa que quieras aprender, tendrá un recorrido muy similar. Necesitarás tiempo para aprender y practicar.
Es ahí a donde quiero llegar.
Miedos e inseguridades cuando quieres aprender
En este punto, creo que estarás de acuerdo conmigo en que para aprender algo, hay que dedicarle el tiempo necesario para afianzar ese conocimiento. Si además de estudiar la teoría, también la pones en práctica, tu aprendizaje será mayor.
Para adquirir cualquier conocimiento o habilidad nueva, tendrás que dedicarle el tiempo necesario para conocer sus entresijos y poder ponerla en práctica. Mientras más tiempo le dediques, más avanzarás en esa materia.
Y por aquí tenemos que pasar todos.
Es verdad que luego aparecen también nuestras preferencias: cuando algo te gusta mucho, mucho, mucho, es muy fácil encontrar tiempo para dedicárselo. Sin embargo cuando no te gusta tanto, la cosa cambia.
El colmo es cuando algo no te gusta y además le tienes algún tipo de miedo… encontrarás todas las excusas del mundo para no tener que ponerte con ello.
Miedos o inseguridades del tipo…
… Esto no es lo mío… Seguro que soy la más tonta de clase…
… Mejor no lo pregunto que fijo que es una tontería y qué vergüenza…
… A mí esto no se me da bien. Mejor que lo haga mi pareja/hijos/socio/conocido, no vaya a ser que lo rompa…
… Yo es que no tengo ni idea así que dime tú lo que tengo que hacer…
En realidad, cuando una persona hace una afirmación así, lo hace condicionada. Todos tenemos miedos e inseguridades y yo misma me incluyo en el saco: cuando no domino un tema, me pongo en la peor tesitura posible que suele ser aquella en la que los demás son mejores y aprenden rapidísimo. ¡Qué horror! 😀
Pero también sé que cuando algo me interesa mucho, solo tengo que aguantar un poco más y dedicarle el tiempo que necesite hasta hacer el cambio de chip. Ese momento en el que tu cabeza hace click y te das cuenta que los demás no son tanto como tú te crees, ni tú tan mala. Y además te da igual si lo son.
Es cuando empiezas a aprender de verdad y sobre todo a disfrutar.
Todo aprendizaje conlleva un tiempo mínimo e imprescindible para adquirir un conocimiento. Mientras más pronunciada sea la curva de aprendizaje que requiere, más tiempo hay que dedicar.
La práctica te ayuda a afianzar ese conocimiento de una forma en que la teoría por sí sola no puede.
En ocasiones, habrá cosas que resulten fáciles de aprender y en otras, resultarán más difíciles porque por circunstancias, no hayas podido acercarte a ellas con anterioridad por ejemplo.
Y digo yo… ¿No sería más fácil olvidarse de tantos miedos o inseguridades y simplemente dedicarse a aprender y a disfrutar mientras se aprende?
Aprender a crear y manejar tu propia web
Aprender a crear y manejar tu propia web también lleva un proceso de aprendizaje en el que tienes que dedicar tiempo para aprender y practicar todo aquello que necesites. ¿Cuánto tiempo? El que te haga falta, para cada persona es distinto.
Y además te adelanto que, cuando quieras aprender algo que no puedas aprender por tu cuenta, necesitarás tener una guía.
Es como contratar un viaje organizado para tus vacaciones en vez de planear el viaje por tu cuenta y riesgo.
Cuando tienes una guía, vas de la mano de alguien que te lleva por todo ese camino que debes recorrer, ayudándote a encontrar cada cosa, cada piedra, en el momento exacto. No verás todo lo que hay, sino lo que ese guía considere que es lo más importante del camino. De forma que con sus explicaciones y argumentos, podrás entender, hilar y asimilar todo, de la mejor forma posible. Todo esto lo hará en un tiempo determinado, con lo cual sabes que para cuando concluya, habrás adquirido ese conocimiento.
Este método difiere muchísimo de planear el viaje por tu cuenta es decir, leer sobre distintos conceptos en distintos blogs, en un momento cualquiera y de forma completamente arbitraria.
Ya sabemos que en Internet hay mucha información y si tienes capacidad para entenderla y ordenarla por tí mism@, podrás seguir avanzando por tu cuenta, al ritmo que te marques. Pero si no la tienes, siguiendo por este camino puedes llegar a saturarte, perderte en medio de algún entresijo técnico hasta al final, llegar a bloquearte.
Por eso creo que cuando no tienes esa capacidad, lo mejor es ver cada cosa en su momento exacto, con la guía adecuada.
Y por supuesto esto sólo es mi opinión.
Esos miedos e inseguridades que comentaba, aparecen siempre en mis clases y son la primera barrera que ayudo a derribar. En mis cursos de WordPress presenciales y online por ejemplo, los trabajo con mayor profundidad en las sesiones individuales.
Son sesiones donde cada alumn@ se encuentra más cómodo, generalmente por ser conversaciones de sólo dos personas. Es en estas sesiones donde cada alumno me plantea su problemática personal, ese punto en el que están atascados y donde podemos ver la forma más adecuada de resolverlo.
Las sesiones individuales refuerzan las sesiones de grupo, donde nos centramos en avanzar en el temario que toca. Así cada alumno puede trabajar a su ritmo, pero también avanzar a la par que el resto del grupo. Porque si de algo se aprende mucho también, es de los comentarios y las dudas de los demás.
Tanto la versión online como la versión presencial tienen un mes de duración y si bien es verdad que la modalidad online es más cómoda, porque te permite hacer el curso en tu propio horario, la versión presencial es mucho más interesante de cara a la cercanía a otras personas. No me refiero sólo a mí, sino también a los compañeros de grupo, personas con quienes podrás poner en común lo que quieras a medida que avanzas.
En otros cursos presenciales que imparto, las clases son en grupo únicamente y no se puede trabajar de la misma manera. Sin embargo, siempre intento sacar algún momento en el que poder hablar con cada persona y ver qué es lo que tengo que ayudar a reforzar. Porque tengo clarísimo que no sirve de nada avanzar en una materia sin trabajar estos miedos.
Moraleja
Si tienes interés por aprender algo, sea lo que sea, no tires la toalla antes de tiempo. De verdad que sólo es cuestión de dedicarle el tiempo necesario para que estos miedos desaparezcan y puedas por fin aprender y disfrutar.
Y si lo que quieres es quitar el miedo y aprender a crear o manejar tu web de una vez por todas, puedo ayudarte. Contacta conmigo y vemos qué necesitas realmente, antes de empezar a hacer nada. Mientras tanto… ¿me cuentas los miedos o las inseguridades que tienes cuando trabajas con tu web?.